El Gobierno cerró el Museo Nacional del Traje: qué prendas estaban exihibidas
En el barrio porteño de San Telmo, en Chile 832, se encuentra el Museo Nacional de la Historia del Traje. Allí, desde 1971, el Estado enarbola políticas públicas con el objeto de reivindicar el lenguaje de la moda y la vestimenta argentina y latinoamericana en su contexto social, cultural y político. Al menos así era hasta la llegada del gobierno de La Libertad Avanza, que en un nuevo ataque a la cultura y a la historia regional, esta semana decidió cerrar el sitio.
La decisión fue anunciada a través del Decreto 862/2024 que se publicó este lunes en el Boletín Oficial, con la firma del presidente, Javier Milei; del jefe de Ministros, Guillermo Francos; y de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. A través de diferentes anexos, se conoció un nuevo organigrama que determina, por un lado, que varios directores de museos se convertirán en coordinadores, y por otro lado, que el museo a cargo de Victoria Salías dejará de funcionar de este modo.
«Hace un mes se viene conversando sobre cómo reactivar el Museo del Traje que, por ejemplo, el año pasado tuvo 46 visitantes diarios«, indicó la diseñadora y docente a un medio nacional. En comparación, explicó que tras la inauguración de este jueves de la muestra «Se dice de mí. Historias de tango y moda» en el Centro Cultural Kirchner (CCK, rebautizado próximamente Palacio Libertad), asistieron este fin de semana más de 3.800 personas.
En este sentido, Salías respaldó la decisión al indicar que el museo les quedó chico para exponer la enorme cantidad de trajes, accesorios, calzados, objetos de uso cotidiano, instrumentos de costura, molderías y materiales gráficos, que van desde el siglo XVIII hasta el presente. “Si yo tuviera un edificio del tamaño del CCK, seguramente seríamos mucho más convocantes. En un espacio tan pequeño como el nuestro, sería imposible y hasta peligroso convocar a grandes cantidades de gente”, afirmó.
La funcionaria cuestionó además que el edificio ubicado en San Telmo, por ser histórico, «exige adaptaciones que no se pueden hacer», señalaron fuentes del organismo a un medio nacional. «Es un museo que gasta solo en personal 66 millones de pesos«, explicaron.
En este contexto, Salías consignó haberse enterado de la derogación de su función ejecutiva con la publicación del decreto del presidente Milei. Su cargo estaba prorrogado por tres años en 2023, como los de otros tantos directores de museos, y sin llamado a nuevo concurso. “No tuve comunicación oficial, y hasta entonces seguiré en funciones”, afirmó a otro diario nacional. Este martes, la diseñadora y docente le pedirá una reunión a Cifelli.
La Secretaría de Cultura informó que la colección de más de 9.000 piezas se conservará en el edificio como depósito y precisó que los trajes se expondrán en los “dos grandes centros culturales” de la Ciudad de Buenos Aires –se presume que son el Centro Cultural Kirchner y la Casa Nacional del Bicentenario–, y en las Casas del Bicentenario ubicadas en diferentes puntos del país.
De acuerdo con trabajadores del museo a medios nacionales, el Gobierno planea abrir en donde se ubica el museo un nuevo centro cultural, “con foco en la cultura independiente”, en el que se programarán obras de teatro, muestras artísticas y otras propuestas culturales. Sin embargo, como el edificio fue declarado en 1990 Monumento Histórico Nacional, es poco probable que se puedan hacer grandes reformas.
La casona del Museo Nacional del Traje era una antigua vivienda familiar cuya construcción data de 1870. Fue residencia de la familia Anasagasti y, posteriormente, de los Luzuriaga. El edificio, de estilo italianizante, es una típica “casa chorizo”, exponente de la arquitectura doméstica porteña de la época: una tira de habitaciones con zaguán, galerías y patios, apoyada sobre medianeras.
El Museo estaba dedicado a guardar testimonio y recrear el mundo de la moda, el lenguaje del traje y la vinculación del vestido con el arte y su contexto social. Su colección abarcaba desde fines del siglo XVIII hasta la actualidad, iniciándose con los primeros pueblos originarios y africanos, y seguido con las sucesivas corrientes inmigratorias.
Se destacan la evolución de la indumentaria del siglo XIX, con particular énfasis puesto en el personaje del gaucho, la figura mítica de Eva Perón en la silueta creada por Christian Dior en el New Look, y la moda de los años 60 y 70.