Inflación que no cesa

*Por Rubén Serruya

El jueves pasado se dio a conocer el dato de la inflación de enero que fue de 3,9%, la inflación interanual acumuló 50,7% en los últimos 12 meses, un dato preocupante.

Los precios del rubro de alimentos y bebidas se ubicaron nuevamente, como en meses anteriores, por encima del nivel general, con un alza del 4,9%. mientras que el rubro comunicaciones fue el de mayor impacto en el nivel general, con un aumento del 7,5%, impulsado por el aumento en los servicios de telefonía e internet, seguido de hoteles y restaurantes con 5,7%, explicado por la inercia estacional de las vacaciones. 

Dentro de la suba de alimentos se destacaron los aumentos en verduras como el tomate cuyo aumento fue del 82,2%, naranja 25,2%, papa 14,2%, cebolla 11,3%, muchos que forman parte de la canasta diaria de los hogares, y que sus aumentos provocan reducción del poder adquisitivo de los mismos.

Por otro lado podemos observar varias particularidades, como por ejemplo el caso de la yerba, los lácteos, el arroz, entre otros cuya fuertes remarcaciones tienen que ver con la sequía y los incendios en algunas zonas del país, por ejemplo, debido a los incendios en la provincia vecina de Corrientes se perdió más del 60% de la producción de yerba, y esto implica menos producción y oferta, y con una demanda constante, las remarcaciones pasan por los precios.

También tenemos la realidad internacional, una cuestión clave, los precios de las materias primas mantienen una tendencia alcista, en las últimas semanas la tonelada de soja superó los u$s580, un valor que es históricamente alto. pero este escenario, podemos analizarlo por dos lados completamente distintos; por un lado, beneficia a la Argentina por el valor de sus exportaciones y esto permite el ingreso de mayores divisas que se traducen en mayores reservas, muy necesarias para los tiempos que corren. Pero por otro lado, termina perjudicando por el impacto del precio de los alimentos en el mercado interno, lo que se conoce como inflación importada, ya que se traduce en aumentos de insumos de los alimentos, y su consiguiente impacto en los precios y provocando, nuevamente la caída de poder adquisitivo de los salarios reales.

Es por esto que se hace necesario pensar en una política económica que desacople los precios internacionales de los internos, de lo contrario, la dinámica de la inflación importada va a seguir desembocando en aumentos de precios.

¿Cómo juega el acuerdo con el FMI en la política anti-inflacionaria?

El pre-acuerdo, y que se convertirá en acuerdo cuando sea aprobado en el Congreso de la Nación, con el FMI posiblemente permitirá bajar la expectativas, un tema central para utilizarla como ancla antiinflacionaria. Muchas de esas expectativas, que luego se traducen en remarcación de precios, es decir, aceleran el proceso inflacionario, surgen por un lado de los mercados financieros, fondos especulativos que operan con los dólares ilegales agrandando o achicando la brecha cambiaria a piacere, y por otro, de la concentración del mercado, y más precisamente los intermediarios de toda la cadena de valor que se utilizan esas expectativas y se aprovechan para remarcar los precios por encima del promedio inflacionario. Como ocurre históricamente, se sigue pagando centavos al productor de origen y los intermediarios y el destinatario son los que se siguen enriqueciendo.

Las presiones de siempre del FMI

Respecto a lo solicitado por el FMI, hay dos fundamentales: la de reducción del déficit primario y la de acumulación de reservas, la primera implica, básicamente, una reducción del gasto público, es decir, de políticas públicas, algo imposible de llevarlo a cabo si pensamos en seguir un sendero de crecimiento económico, ya que necesitamos recursos, para mejorar el poder adquisitivo de los salarios, obra pública, educación, salud, etc. ojo!!, cuando hablamos de crecimiento económico debe ser con distribución de riquezas. La segunda, debe ser pensada con incremento del superávit comercial, es decir, con exportaciones por encima de las importaciones, pero enfocándonos en el desacople de los tipos de cambio y son segmentación de importaciones, imprescindibles para el crecimiento de las pymes e industrias nacionales, en cuanto a que debemos también permitir el crecimiento de su oferta, con importación de maquinarias e insumos, son el mayor sector generador de empleo, otro sector que apalanca el crecimiento económico.     

Respecto al pre-acuerdo con el FMI, ¿se podría haber tomado otra salida?

Creo que el pre-acuerdo firmado es el menos peor que se tomó, pero a mi entender se podría haber decidido ganar un poco más de tiempo, aplazar vencimientos y discutir una quita de sobrecargos de tasas de interés que hubiesen traído alivio a las cuentas nacionales. Es imposible para la Argentina pagar 18.000 millones de dólares este año y 19.000 el año que viene, no tenemos esos recursos y no lo tendremos. Hoy el acuerdo que se plasme es a medida del FMI, ya que los recursos que nos dan es para pagar las deudas con el mismo, es decir, que no veremos ni un dólar. Es por eso que sostengo, hay que insistir en plantear que la deuda tomada en el 2018 por Mauricio Macri y el organismo fue de forma irregular y sin cumplir ningún tipo de requisito reglamentario; esto se debe plantear con más énfasis en tribunales internacionales y ser planteado en la mesa de negociación para lograr una quita de intereses y hasta de capital.

*Licenciado en Economía.